La Palabra profética
“Tenemos también la palabra profética, la más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro hasta que el día amanezca, y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones” 2 Pedro 1:19
Este versículo leído como traduce la BTX y la mayoría de las versiones de la Biblia, presenta más de una inconsistencia, lo cual es lamentable dado la importancia de lo que revela.
En primer lugar pareciera sugerir que hay varias palabras proféticas, pero la Biblia es la más segura, lo cual dista mucho del mensaje consistente de la Biblia.
En segundo lugar pareciera decir que haremos bien en estar atentos a la palabra profética hasta que el lucero de la mañana salga en nuestros corazones, o sea que, cuando el lucero de la mañana salga en nuestros corazones podremos prescindir de estar atentos.
La traducción falla y de ahí las interpretaciones inarticuladas con el mensaje de la Biblia en su coherencia total.
Una traducción según el griego considerando los giros gramaticales y el contexto es:
“Tenemos aún como más segura (que la voz del cielo que escuchamos afirmando que Jesús era el Mesías cuando estábamos en el Monte santo [vs. 18]) la palabra profética, a la cual hacéis bien en estar atentos (como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga) en vuestros corazones”
El significado de esta traducción articula con todo el mensaje bíblico y coloca un llamado de atención sobre la importancia de la palabra profética.
Está diciendo que hasta tanto Jesús vuelva, necesitamos y haremos bien en hacer foco en la palabra profética. El testimonio presencial de ellos murió con ellos, pero la Palabra profética vive y permanece para siempre. Jesús es el lucero de la mañana (llamado así justamente por ser la estrella del comienzo del día, Venus, la primera en aparecer en la noche y la última en verse al amanecer), aquél que marcará con su venida el comienzo del nuevo tiempo diseñado por Dios para la redención final de sus escogidos. Necesitamos estar atentos “en nuestros corazones”, Jesús no saldrá en nuestros corazones, es la palabra profética la que debe vivir allí. Hasta tanto Jesús vuelva, la palabra profética es nuestra antorcha que nos mantiene en el camino correcto en la oscura cultura que nos rodea.
Los cristianos no sólo debemos darle importancia a la Palabra de Dios, sino especialmente a aquello que la Palabra le da importancia.
Es más que simplemente leer la Biblia. En palabras del Dr. Bullinger: “No solamente debemos recibir la Verdad de Dios porque sea la Verdad, sino que debemos recibirla en el orden de importancia que Dios la ha revelado y otorgado, en la proporción
que Dios le ha dado, y con el énfasis que Dios ha puesto sobre ella”. La verdad fuera de proporción pasa a ser un error en vez de verdad. Es una cuestión de énfasis, no de conceptos.
Por ejemplo la Biblia habla acerca de que Dios quiere que seamos prosperados (3 Juan 2, 2 Corintios 9:8, Deuteronomio 28:13), pero hacer una Iglesia fundada sobre este concepto con un énfasis exagerado en este verdad, pasa a ser un error que genera cristianos exitistas y materialistas.
Una torta necesita sus ingredientes en la cantidad necesaria, de otra manera puede ser un fracaso.
¿Y cuál es la palabra profética más enfatizada por Dios en Su Palabra?
Justamente la que menciona Pedro, la venida de Jesús, el lucero de la mañana.
La segunda venida de Jesús se cita en la Escritura alrededor de 1850 veces, más de 300 de ellas en el Nuevo Testamento. En el Nuevo Testamento hay 260 capítulos en total, se alude al retorno de Cristo más de vez por capítulo. Se lo señala mucho en los libros proféticos del Antiguo Testamento, y en especial en Apocalipsis. Por cada profecía de su primera venida hay ocho de su segunda venida. Las últimas palabras de Jesús registradas en la Biblia son: “Ciertamente vengo en breve”.
Aproximadamente un quinto de la Biblia, o un poco más, es profecía referida al futuro; mucho ya se cumplió, pero era futuro cuando se escribió. Siempre el futuro se relaciona con las promesas concernientes al Mesías
La mayoría de las parábolas que enseñó Jesús se relacionan con el futuro y las recompensas futuras en su segunda venida.
Apocalipsis 19:10 declara:
“El testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía”
La esencia de la fragancia bíblica, es el testimonio de Jesús, todo lo concerniente a su obra, su venida, su muerte, su resurrección, el alcance para toda la humanidad de su redención, y especialmente su segunda venida cuando restaurará en un proceso detallado, todas las cosas según el diseño original de Dios.
Bien haremos en procurar conocer la voluntad de Dios, haciendo especial énfasis en aquello que la Palabra de Dios enfatiza… LA SEGUNDA VENIDA DE NUESTRO SEÑOR JESÚS.
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